solo para mayores
Doce capítulos Parte V
Me llamó por teléfono de un locutorio cercano a la vivienda de Ornella. No era el Fabián de siempre. Parecía un quinceañero celoso e inseguro.
Le dije lo que me parecía:
-Es una calienta bragueta.
-¿Qué?
-Lo que escuchó, Fabián, una calienta bragueta.
-¿Por qué me dice eso, Norberto?
- Lo está calentando sin motivo aparente. He conocido a minas como esa.
-No piense así, a mi me parece que es un poco soñadora, y, aunque le resulte poco creíble, tímida.
Ja, tímida. No me animé a bajar de la rama a mi amigo. ¿Por qué herirlo?
Cuando nos encontráramos ya tendría ocasión de hacerle entrar en razón.
-¿Entonces nos vemos en la cena?
-Sí, Norberto, ya va a ver cuando la conozca que no es lo que usted se imagina. El culpable soy yo al transmitirle una imagen errónea de ella.
No pude con mi genio, y pregunté.
-¿Y el gallego?
-El galleguete es otra cosa.-Contestó cortante. Se despidió y corto.
Carajo, que metejón le había agarrado.
Arnaldo Zarza
Continuará.
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