AVATAR
Se trata del reestreno de la película rodada en digital 3D, por James Cameron.
De chico había visto films en 3D, “Museo de cera”, “El fantasma de la rue morgue” y otras...
Fueron experiencias impactantes, aunque pasajeras. Recuerdo el murmullo de la Gente cuando de la pantalla se nos venían encima cuchillos, piedras o pelotas de pin pong y nos agachábamos para evitar el impacto. ¡Qué risa luego del susto, cuando te dabas cuenta que no eras el único que había caído en la trampa!
Otros tiempos, otra inocencia.
El 3d de esa época era bastante imperfecto, pero sirvió como entretenimiento pasajero de una generación.
Lo de AVATAR es otra cosa: Por un lado se puede analizar la película en sí, por otro los personajes, efectos y fondos creados por computadora, y finalmente la realización en 3D.
Los fondos, me refiero a la escenografía, no solamente son bellos, creativos y espectaculares, también te dan la sensación de ser reales y estar al servicio de la historia.
El efecto 3D está bien dosificado, no son todos trucos para que digas: Hooo, se me viene encima esto o aquello, aunque en los momentos necesarios los hay.
Casi siempre te sentís dentro de la escena, como si estuvieras compartiendo las maravillas selváticas de
Pandora, la luna del planeta Polifemo, habitada por los gigantes azules Na´vi, allá por el año 2154.
Se trata de un planeta de indescriptible belleza, y de gente esencialmente buena. El conflicto es el eterno del género humano, el de los hombres ambiciosos y sin escrúpulos, y el de los pueblos sojuzgados. Alguna semejanza con la conquista de América, o la guerra de Vietnam tal vez se le pueda encontrar.
Creo que AVATAR marca un antes y un después del cine tradicional, no me refiero al film en sí, que puede gustar más o menos, me refiero al espectáculo en general.
Es una película que parece increíble sea una película. Los personajes, Neytiri, Jake, Grace, Eytukan, credos en 3D a partir de modelos humanos, a algunos de ellos los vemos en la doble función de humano y Na´vi, no tienen nada que ver con todo lo anteriormente hecho en programas 3D.
En estos no existe la típica rigidez de los rostros digitales, sonrisas de marionetas, ni las pisadas y movimientos falsos, como, por ejemplo, “Final Fantasy”, film que marcó una época y que asombró a más de uno.
Es increíble cómo hasta en los mínimos detalles es placentero ver este espectáculo: No hay motas de polvo ni rayas en la pantalla, todo es limpio y transparente, y hasta los subtítulos te los ponen en sitios donde no molestan, y el sonido, por supuesto, impecable.
Y así fue, me senté en la cómoda butaca del cine, ¿será cine todavía, sin celuloide, o acetato?, y me sumergí, como dije al comienzo, en el espectáculo audiovisual más impactante de mi vida.
Pensar que cuando saqué las entradas lo hice más como una obligación de ver lo último en creación 3D, y me encontré con una obra de enorme dimensión.
"James Cameron", como diría Andrew Sarris: Seguramente está en “El Olimpo de los directores”.
Arnaldo Zarza
Disculpas por el capítulo X de "La mansión satánica"
Se publicará en estos días.