viernes, 19 de noviembre de 2010

LOS MUFAS

Fúlmine, historieta del gran dibujante Argentino Guillermo Divito, un adelantado en el estudio del fenómeno: YETA.
Decía en la edición anterior: 
"La mala suerte es una maldición de la que casi nadie se salva, y tarde o temprano el fatídico momento llega."
Yo, particularmente no creo en la existencia de la buena o mala suerte, aunque debo admitir que los hechos me demuestran lo contrario todos los días. Hay personas que explican estos acontecimientos, de alegrías o desgracias, poniendo a consideración la teoría de las probabilidades, que si bien tienen fundamentos sólidos, no cambian la realidad, solo justifican el porqué de tus malas rachas.


Pero, siempre hay un pero... 
Hay dos tipos de mala suerte, la común, la que sufrimos día a día, y la inducida. Esta última, como es creencia generalizada, se produce a consecuencia de ciertos individuos que son catalizadores, o inductores de la mala leche, o mala suerte, a estos personajes el vulgo los llama fúlmine, mufa, yeta, y un catálogo de nombres según las regiones e idiomas de nuestro querido planeta. En México: ave, pájaro de mal aguero, en Chile: mala cuea, en España: gafe, en los Estados Unidos: jinx. 


Seguramente es y será injusto tildar a un pobre tipo de mufeta, gafe, jinx, cuea, o algo por el estilo, pues el sayo no se lo quita nadie de por vida, pero estos son los hechos y yo solo soy un cronista de lo que todos vemos y sentimos en esta tierra de lágrimas. 
Los yettatores, (hago uso del nombre de la obra teatral de Gregorio de Laferrere) son personajes inscriptos en las raíces mismas de los pueblos, los hay en el barrio, café, amigos, fábricas, clubes, etc. Son tipos innombrables, personas oscuras a la cuales se los refiere con apodos, o solo señalándolo con el dedo. No es que sean muchos, aunque hay sitios donde proliferan como crías de conejos, como en el llamado mundillo artístico, o de la farándula, o como se quiera decir.
Se sabe que muchos de estos infortunados sujetos son tildados de mufa exclusivamente por algún resentimiento, o simplemente como broma de mal gusto de algún desgraciado, pero... hay algunos de estos imputados que tienen la desgracia, (¿probabilistica?) de aparecer justo en el momento de la desgracia ajena. Son tipos que dicen buenos días y llueve - linda iluminación y saltan los fusibles - ¿auto nuevo?.. seguro funde el motor- y estas son solo algunas de las pequeñeces de estos hombres y mujeres que están siempre en el foco de la tormenta.    
Demás esta decir que ese poder es limitado y no se desparrama por ahí a cada instante, gracias a dios. 
Los mufas por lo general tienen una especie de antídoto contra su extraño magnetismo, y es muy raro que salgan dañados a consecuencia de sus dones, aunque, en pequeña medida, hay algunos que la yeta solo les afecta a ellos. Como decía el gran Pepe Biondi: " Qué suerte para la desgracia." 
Como dije antes, yo trabajé en un canal de televisión, sitio donde las creencias de este tipo son moneda corriente. 
Recuerdo las veces que venían a grabar al canal algunos de los conocidos mufas del ambiente artístico; el control, (donde trabajan productores, sonidistas, iluminadores, vidifonistas y directores,) se convulcionaba con puteadas y cábalas contra la mala suerte. Una de las más usadas era y es, en lo varones, agarrarse los testículos con las manos, y en ninguna circunstancia llamarlos por su nombre, a los mufas.
Honestamente digo que no creo en estas cosas, que siempre pronuncié los nombres proscriptos, y que no me he agarrado los testículos en esas ocasiones, salvo que me picara.
Aun así, debo decir que respeto a quién cree en estos poderes ocultos y me apena los que deben soportar la carga de ser considerado un fúlmine.
Hay personajes que son tan conocidos por el mote de mufa, yeta, fúlmine, gafe, que no creo sea ofensivo nombrarlos, pues esta pretende ser una crónica de lo que ha pasado, y eso no implica veracidad en la imputación.
Esta pequeña anécdota me pasó a mí, en Mar del Plata.
Era un mes de verano, tal vez enero, tipo 14 hs. El camión de exteriores de TELEFE estacionado a un costado de la rambla frente al mar, esperando salir al aire enlazado con Buenos Aires. Ya estaba todo listo, teníamos la conexión, faltaban apenas dos o tres minutos para empezar el programa. 
Estabamos en eso cundo se escucha que vienen unos helicópteros, un cameraman trepado al techo del camión dice, es el presidente, es Méndez... Todos se agarran los huevos, risas, puteaditas por lo bajo... En el momento que pasan por encima nuestro los dos o tres helicópteros del Presidente de la república, Carlos Saul Menen, se produce un corto circuito y se corta la energía del camión de exteriores. Diez minutos después los muchachos de técnica habían solucionado el problema.
¿Que cosa, no?
Si tienen alguna anécdota, háganla llegar a:
zarzaarnaldo@gmail.com
Si para ese entonces aún funcionan los servidores del BLOG, las publicaremos.
Arnaldo Zarza.

martes, 16 de noviembre de 2010

Suerte versus mala suerte.

A las contingencias adversas algunos le dicen mala suerte, otros, mufa o yeta. 
La mala suerte es una maldición de la que casi nadie se salva, y tarde o temprano el fatídico momento llega. 
La mufa, o mala leche, como también se la llama, no siempre se presenta con acontecimientos catastróficos que enluten nuestras vidas, y lo más común es que nos golpee con pequeños e insoportables contratiempos tendientes a entorpecer nuestros quehaceres cotidianos.
Hay personas de increible mala suerte, 
otras que no tanto, 
y en el otro rincón; el selecto grupo de los suertudos, esos que se han sacado dos o más veces la lotería, o simplemente consiguen lo que se proponen si mucho esfuerzo, algo así como estar en el lugar indicado en el momentoto propicio. 

Yo he conocido tipos que entraron a trabajar al canal, (fui empleado de un canal de televisión) por el simple hecho de manejar el taxi de un ejecutivo. 
 
Estos hombres de suerte, (y este es solo un ejemplo) han conseguido puestos codiciados y esquivos para la mayoría de los mortales, quienes, en general, sus curriculas duermen eternamente en los escritorios de esos mismos ejecutivos. 


Anécdotas de la mala y buena suerte deben haber miles, y cábalas y amuletos para la buena suerte también.










Esta es una cábala que encontré por ahí, tal vez les sirva.
Quien usa ropa interior roja el 31 de diciembre encontrará al año siguiente al amor de su vida.
Pero, creanme, los que a menudo la suerte les sonríe también tienen lo suyo, y no todo es color de rosas para ellos: la mufa los castiga con otras cosillas como a cualquier hijo de vecino, claro que después de sacar dos o tres veces la lotería, seguramente uno mira con más optimismo la vida, ¿o no?

Y hay mucho más para hablar de de la suerte y su contraria... Pero hay un capítulo aparte en este tema: Los hombres o mujeres, que según dice la sabiduría popular generan mala suerte.
Este tema lo tocaré en el próximo capítulo. 
Hasta entonces, y suerte. 


Arnaldo Zarza