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domingo, 19 de septiembre de 2010

Tócala de nuevo, Sam



CASABLANCA
      
       -RESEÑA-                PARTE II
Casablanca es una ciudad de Marruecos, país de África del norte.
 La historia de la película transcurre durante los comienzos de la segunda guerra mundial bajo el protectorado francés de esta. Por ese entonces, Francia ocupada por los alemanes tenían un gobierno títere al mando  del mariscal  Pétain. 
Algo parecido sucedía en la “Casablanca” de la película, donde el prefecto Louis, jefe de la policía local, no era más que un mandadero de los nazis. En esta ciudad, y en estas condiciones, los refugiados del continente se apiñaban buscando conseguir un salvoconducto que los condujera, vía Lisboa, a la tierra de la libertad, EE UU. Según el libreto.
 Propaganda de guerra aparte, el film narra una historia de amor ambientada en la exótica ciudad de Casablanca, mechada con situaciones de intriga y suspenso. Si bien las partes encajan como anillo al dedo y enriquecen la historia, lo fundamental de la trama gira alrededor del amor sin fronteras de Ilsa y Rick. Amor reflejado con pinceladas exactas en miradas, silencios y recuerdos.
El rodaje de Casablanca empezó la última semana de mayo de 1942 y terminada oficialmente el 3 de agosto de 1942.
 Hal Wallis, el productor, primeramente pensó en William Wyler para dirigirla, pero afortunadamente este no estaba disponible, y finalmente optó por su amigo Michael Curtiz.
El guión original fue reescrito varias veces y pertenece a: Julius J. Epstein,  Phillip G. Epstein y Howard Koch, aunque intervinieron seis o siete más que no figuran en los créditos.
 Cuentan los biógrafos que los actores recibían el texto diariamente y nunca supieron cuál sería el final de la película, aunque probablemente Bogart estaría al tanto.


Bergman, Bogart y el director Curtiz.




Se ha dicho que rodaron tres finales distintos, y que recién el 21 de agosto del 42 Wallis se decidió por el que conocemos.


Los finales alternativos, supuestamente fueron: 1) Rick e Ilsa son asesinados y Victor escapa. - 2) Victor es asesinado, quedando así en libertad Ilsa. - 3) Ilsa se queda con Rick, Victor aborda el avión.
Bogart fue nominado al Oscar de la academia y lo perdió con Paul Lukas, actor de "Watch on the Rhine", otra producción de la Warner.
Las actuaciones de Bergman y Bogart son tan convincentes que por momentos parecen reflejar parte de nuestras vidas, no me refiero a la situación en sí, hablo del concepto. El amor desgarrador, la soledad, la esperanza, la desazón, el destino, y los recuerdos… ese grano que nos pica en el momento inadecuado.
Casablanca fue para Humprey Bogart el primer acercamiento a un personaje romántico en el cine.
Es curioso, pero, se comenta que la Warner ofreció inicialmente el papel a  Ronald Reagan y luego a George Raft, y ante la negativa de estos finalmente decidieron darle el trabajo a Bogart.
¿Se pueden imaginar a Reagan en “Casablanca”. Ja…Ja…
Recuerdo una secuencia, donde Ilse y Rick se reencuentran en el club nocturno de este: tal vez uno de los momentos más emotivos del film. Es admirable la fotografía y la expresión acongojada de la hermosa Ingrid, quién con los ojos llenos de lágrimas mira a Humprey con ternura. Él, un duro entre los duros, muere en silencio por esa mujer, y seguramente, esa pátina de cinismo que exhibe para quien lo quiera ver o escuchar, no es más que una coraza protectora de su alma torturada.
Esa noche, la del reencuentro, borracho, luego de cerrar el bar, Rick, en presencia de Sam, dice para sí mismo:
-"De todos los cafés del  mundo, ella tuvo que venir al mío"
La música es de Max Steiner, aunque la famosa “As time goes by”, la que canta Sam, no es suya.
Dooley Wilson, el actor que encarna a Sam, no sabía tocar el piano, y la famosa frase:
Tacala de nuevo Sam” nunca se dijo en el film. Esa expresión se hizo famosa por la película de Woody Allen “Play it again, Sam”, conocida aquí como: “Sueños de un seductor”.
Lo qué sí dice Ricky a Sam es:
La has tocado para ella, así que puedes tocarla para mí… Tócala”.
Ilsa es quién dice algo parecido cuando insiste en que el pianista toque el tema:
 “ Play it, Sam, play As time goes by” "Tócala Sam, toca El tiempo pasa "












El film se rodó íntegramente en los estudios de la Warner, salvo una escena, en la cual se utilizó el Aeropuerto Municipal de Los Angeles.




La sugerente fotografía en blanco y negro es de Arthur Edeson, quién usó filtros suavizantes en los primeros planos de Bergman.
Arnaldo Zarza
TERCERA PARTE Miercoles 22 de septiembre del 2010

viernes, 17 de septiembre de 2010

 "la mansión satánica"
                Capítuo IX

La mansión quedó por unos segundos a oscuras hasta que el generador arrancó.
Benicio Liang Li había insistido en caminar enfundado en su piloto amarillo los casi cien metros que separaban la casa del portón de entrada. Los guardias se habían ofrecido a llevarlo en el coche eléctrico que usaban para esos menesteres, pero el chico, amigo de Julián, no quiso saber nada, se metió en medio de la lluvia rumbo al edificio principal, que por momentos destellaba a consecuencia de los intermitentes  resplandores temporales.
Sus padres, inmigrantes Chinos propietarios de un supermercado, lo dejaron en manos de la custodia de los Ferguson y siguieron camino rumbo al shoping de la zona.
 Benicio caminó por la senda que lo llevaría a destino. Los árboles que escoltaban el camino apenas dejaban ver, a lo lejos, la majestuosa fachada del hogar de su amigo.
Entre las hojas y ramas azotadas por el viento, se filtraban movedizas las luces que escapaban por las ventanas de los cuartos superiores. 
De pronto, una potente descarga pareció congelar cualquier indicio de vida. El universo cercano al joven amigo de Julián se paralizó teñido de un blanco sepulcral. Las ramas quietas y el extraño silencio que precedió al estruendo helaron la sangre del pequeño oriental.
Instintivamente se había detenido, como se detuvo todo a su alrededor.
Las cegadas retinas de Benicio pretendieron ver qué había más allá de sus narices, y solo distinguió la nada. Entonces, Intentó vanamente limpiar sus gafas con los dedos.
Un poco después, cuando su cerebro le comentó sobre el instinto de conservación… tuvo miedo.
La pátina blancuzca que velaba su visión fue cediendo, y el parque con aullido salvaje volvió soportar el castigo del viento. De pronto una rama abrió su horizonte con un brusco abanico. Allí estaba la casa, no muy cerca, y no tan lejos como para desesperar. Solo tenía que mover las patas. Dio el primer paso en la dirección salvadora y vio como las luces de la residencia  titilaron, no mucho, tal vez cuatro o cinco veces, hasta sumir su entorno en la más negra oscuridad. Fue como si mansión y relámpagos hubiesen hecho un pacto de tenebroso.
Ciento veinte pulsaciones por minuto… su corazón volaba. El ruido seco del gajo al partirse recién lo escuchó cuando las hojas lamieron su anatomía antes de estrellarse junto a él. Trastabilló pero no cayó. Maldijo en yuè* la hora de no haber aceptado que lo llevaran en el autito eléctrico.
Desorientado trotó sin rumbo, sin saber  dónde ir. El pasto, mojado y resbaladizo dificultaba la huida, y tampoco ayudaba la oscuridad reinante. Y ahora sí cayó, tropezó con vaya a saber qué cosa y se desplomó cuan largo era sobre el charco. Chapoteó un poco en él manoteando el barro. Buscaba desesperadamente sus lentes; si con ellas no tenía una visión extraordinaria, sin ellas su mundo no tenía sentido.   
 Finalmente las encontró y se las calzó apresuradamente. Se arrodilló dispuesto a levantarse y correr y correr hasta llegar a la casa. Inclinó el hombro derecho para apoyar la mano en el suelo, y así conseguir el impulso necesario para salir volando de ese lugar. Sus dedos se toparon con algo a mitad de camino, una bola de superficie suave, acolchada pero firme, no estaba totalmente fría, y no tenía idea de lo que pudiera ser. La curiosidad de Li pudo más que la prisa por escapar de la tormenta. Levantó el pesado objeto asiendo dos salientes blandas que encontró a ambos lados de la cosa. No se veía nada, lo estuvo a punto de tirar y seguir su camino cuando el relámpago inoportuno le mostró a un palmo de sus ojos la cabeza seccionada del doberman. Los ojos rojizos del perro lo miraban del más allá. De donde había estado el cuello colgaban parte de las tripas ensangrentadas que se agitaban con el viento. Benicio tenía agarrada la cabeza de las dos orejas.
-Haaaaaaa… Haaaaaaa…- Los gritos se perdieron tragados por la furia de la noche.
Dos ojos rojizos que resaltaban en la oscuridad como luces de neón se materializaron detrás del joven Benicio Liang Li.
Cuando los ojos rasgaron la oscuridad describiendo la curva con destino al amigo de Julián, Li vomitaba sin atinar a desprenderse de la cabeza del perro guardián de los Ferguson. 
En abrazo mortal, los tres, Benicio, cabeza y atacante rodaron por el duro suelo. Los colmillos largos, blancos, afilados, se hincaron una y otra vez en el cuello de del joven Chino. La sangre brotó como una pequeña catarata, Liang, por esas cosas raras de la conducta humana, solo atinó a agarrar fuertemente la cabeza del guardián muerto.

*-Idioma o dialecto cantonés, también llamado yuè.-

Arnaldo Zarza
                                                Continuará

Domingo 19 de septiembre segunda parte de "CASABLANCA" -Reseña-





lunes, 13 de septiembre de 2010


Exsilium tu miser animus Zabulus



Jueves 16 de septiembre. 

Capítulo IX de: 
                     "la mansión satánica"




Muy pronto: 


  CASABLANCA.
          
    Reseña.
 El inolvidable film de Michael Curtiz.
Protagonizado por
 Ingrid Bergman y Humprey Bogart.



                  Play it again, Sam